En Vos confío

En Vos confío

Hoy es el día que se celebra la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, es una fecha muy especial para los católicos. Esta fiesta nos recuerda el amor incondicional de Jesucristo hacia la humanidad, representado a través de su corazón traspasado por la corona de espinas.


Hace unos años, mis hijas y yo caímos en la cuenta de que no teníamos ninguna imagen del Sagrado Corazón de Jesús y justo ese día era su fiesta. Nos dio mucha pena siendo ellas, además, alumnas del colegio que lleva su precioso nombre. Salimos a dar una vuelta y mientras paseábamos, entramos a una tienda de antigüedades. Mi mirada se posó, nada más entrar, en una imagen del Sagrado Corazón que estaba en una mesa desvencijada, entre botellines de cerveza antiguos, discos de vinilo, llaveros de destinos turísticos y algún jarrón sucio. Era una representación hermosa de Jesús mostrando su corazón rodeado de llamas de amor. En ese momento, las tres sentimos una conexión especial con aquella imagen. Sin embargo, aquí me acordé de la historia de “Mi Cristo roto” del Padre Cué. Por cierto, si no la conoces, te la recomiendo. Aquí te dejo el enlace del audio:

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Te decía que me recordaba mucho a este testimonio porque, aunque enamorada de aquella talla, al vendedor le mostré poco interés cuando le pregunté el precio para que no se diera cuenta que me moría de ganas de llevármelo y entonces él, aprovechando el entusiasmo, aumentara su valor. ¡Cuál fue nuestra sorpresa cuando comprobamos que aquel vendedor lo malvendía por unos cuantos euros mientras que aquella imagen, en una transacción con un anticuario más experto, hubiese triplicado seguro su precio! No regateé. Lo pagué, lo agarré fuertemente y cuando estaba decidida a salir, el señor me llamó. Yo no me di cuenta, pero mis hijas me tiraron del brazo avisándome.

  • ¿No es eso, señor?
  • Sí, sí… pero mejor se lo envuelvo. Es delicado y se le puede romper.

¿Delicado? Jesús es todo menos delicado… Si supiera lo que aguantó en una cruz… En fin, acepté amablemente a que me lo envolviera en papel estraza. No es que me hiciera mucha gracia llevarlo así, pero verdaderamente era mucho más seguro su transporte. Y desde ese día la imagen del Sagrado Corazón de Jesús preside mi casa.

Sagrado Corazón de Jesús en la entrada de mi casa


Este testimonio me recuerda la importancia de mantener viva la llama de la fe en nuestro interior. En medio de las adversidades y desafíos de la vida, es fundamental confiar en el amor de Dios y en su misericordia infinita. Encontrar la imagen del Sagrado Corazón en ese día tan especial fue un recordatorio de que Jesús siempre está presente, acompañándonos en nuestro camino de fe. Y verlo cada día al entrar o salir de mi casa, me reafirma en mis creencias.

En esta solemnidad del Sagrado Corazón invito a todos a acercarse a Jesús, a darle gracias por tanto amor derramado. Yo, dentro de unos días, me despediré junto a mi hija pequeña de nuestra familia del colegio Sagrado Corazón de Jesús. No hay palabras para dar tantas gracias y sé que siempre estaremos unidos. No obstante, estará en buenas manos. ¡Qué camino más hermoso! Mis dos hijas han comprendido cuánto las ama Jesús a través de las Hijas del Sagrado Corazón para, en su adolescencia, afirmarse en la fe y decir que Cristo es el rey del universo, de todo cuanto existe junto a las Hijas de Cristo Rey.

Ilustración del Padre Reina realizada por Gema García Ingelmo
Ilustración del Padre Reina realizada por Gema García Ingelmo

El Padre Joaquín Reina, fundador de la congregación de las Siervas de los Pobres, Hijas del Sagrado Corazón de Jesús, siempre decía: “El corazón de Cristo para el corazón del pobre”. No hay mayor verdad.

Sagrado Corazón de Jesús,
en Vos confío.

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