Decía mi abuelo que de los cobardes no se ha escrito nunca nada. Por mucho que la cosa se tuerza, en casa, en el trabajo, con la familia, con los amigos… Incluso nuestra relación con Dios puede verse mermada por los asuntos del mundo. Se valiente, confía, ten fe y, como aquel padre que le gritó al Señor en su desesperación: Creo, pero ¡aumenta mi fe!

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Somos un grupo de católicos de a pie, que animados por un sacerdote, queremos ofrecer testimonios de cómo el amor de Cristo sostiene y transforma nuestras vidas.