La Resurrección no implica que estemos libres de problemas, que la vida ya es de «color de rosas», ¡qué va! ¡Que se lo digan a los primeros apóstoles! ¡La tenían cruda, cruda! Pero, al igual que ellos, nosotros sabemos en Quién confiamos, Quién nos sostiene, y esa fuerza no es de este mundo. Es la fuerza de Jesús Resucitado, ¿a qué esperas para tomar impulso?
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