Mi vuelta

«Cuántas veces siendo niño te recé, con mis besos te decía que te amaba, poco a poco con el tiempo fui alejándome de Tí, por caminos que se alejan me perdí…».

Empiezo mi testimonio con la letra de esta canción que tantas veces he rezado a la Virgen a mi vuelta.

Nací en una familia cristiana pero no practicante. Mis estudios los realicé en un colegio de monjas, bajo el amparo de la Milagrosa. ¡Cuántos recuerdos en mi mente de aquellos años!.

Pero, como dice la canción, poco a poco con el tiempo, por caminos que se alejan me perdí, y estuve años alejada de Dios.

Tenemos una Madre que no nos deja de su mano, y a la que tanto le había rezado de niña……pero me olvidé por completo de Ella.

¡Cuánto hay que pedir por la conversión de los pecadores!. Caes en una fosa y necesitas ayuda para salir.

Cuántas veces he pensado como fue mi vuelta a Dios. Pido mucho por los que están apartados de Él,  para que ponga en sus corazones esos deseos de conversión, de acercarse al Sacramento del Perdón, donde el Padre nos espera lleno de amor y misericordia.

A mí personalmente me llegó por medio de un sueño que tuve: estaba confesando, yo, que llevaba años sin pisar una iglesia. Me tocó bien profundo. Qué deseos tan inmensos tenía de acercarme a pedir a Dios perdón por todos esos años apartada de Él.

Recuerdo que tenía un cuadro de la Virgen, le dí un beso y le dije que sí. Le repetí lo que ponia: «Madre no te merezco, pero te necesito». Yo sé que fué mi Madre.

Mi vida cambió: qué feliz a pesar de las dificultades de la vida, pero con Dios, es todo más llevadero. Tiene otro sentido, viví unos años muy intensos y felices.

Hoy me hago muchas veces esta pregunta: ¿cómo me pude enfriar? yo creo que caí en la tibieza, o no sé.

La Santa Misa los domingos y la confesión, aunque no muy a menudo, no los dejé, pero, la oración y el Santo Rosario, lo dejaba para última hora y, como es normal, no llegaba o me quedaba dormida. Ahora me doy cuenta de que, sin oración, nada se puede. ¡Cómo necesita uno de esos ratos a solas con quien sabemos que nos Ama!

Pasaron unos años, un día no me encontraba muy bien y, por casualidad, me acerque a confesar. Nunca me había confesado con este sacerdote, que me dio consejos y me animó a que viniera con más frecuencia, y así lo hice. Empecé a recuperarme espiritualmente. Qué importante es tener un confesor fijo, cuánto bien hace.

En este tiempo de confinamiento, mi vida ha vuelto a cambiar, en esos días de intensa oración, meditación, ha habido tanto tiempo para el Señor, para darle gracias por tanto como nos da. Repasar mi vida y pedirle perdón, para darme cuenta que, sin Él, no se puede nada, y que no me quiero separar jamás de Él, aunque a menudo tenga que recitar esta oración que escuché y me gustó:

«Señor me he dejado engañar de mil maneras, escapé de tu amor, pero aquí estoy otra vez para renovar mi alianza contigo. Te necesito, te necesito, rescátame de nuevo Señor, acéptame una vez más entre tus brazos redentores».

Hay mucho que moldear y pulir todavía. Doy gracias a Dios por este buen sacerdote que puso en mi camino, y hoy es mi director espiritual. En el mes de mayo hice confesión general, y soy muy feliz. A mi Virgen de la Milagrosa le doy las gracias. Yo sé que ha sido Ella, mi Madre, la que no se cansa de esperar….

Madre, toma mi mano y acércame cada día más a Jesús.

Gracias a mi director espiritual por sus consejos y ayuda. Que el Señor lo colme de bendiciones.

R.C.

1 comentario en “Mi vuelta

  1. Testimoniosdeamor 6 25 noviembre, 2020 — 8:23 am

    Enhorabuena por tu testimonio. Dios siempre nos pone a alguien en el camino para que volvamos a Él, si nos hemos alejado. Él se encarga, con la ayuda de su madre. Me ha encantado el testimonio. Gracias por compartirlo con nosotros.

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