Nunca he sentido una especial devoción por la Virgen María. Para mi, como católica, la Virgen es la Madre de Dios y Madre nuestra y aunque le he rezado mucho, mi verdadera madre era la de la tierra y, a la hora de pedir algo acudía de forma preferente al Señor.
Sin embargo el otro día sentí de forma clara su gracia, su intervención.
Me encontraba triste por un problema familiar. Por delante tenía unos días de vacaciones, que sospechaba no iba a poder disfrutar por la situación que estaba viviendo. Esa noche acudí de manera directa a la Virgen María, le imploré que me ayudara. Por la mañana, dando un paseo, entramos por casualidad en una pequeña ermita dedicada a Ella y repetí mi plegaria.
Tengo que decir que a partir de ese momento sentí una calma tremenda en la que no dudé venía directamente del Señor por mediación de su Madre. Me sentí enormemente querida. Me sentí como cuando acudía a mi madre ( la de la tierra) y en su hombro encontraba todo el consuelo. Sí, he visto a la Virgen como una verdadera Madre.
Ella se compadeció de mi, lo mismo que lo hizo con los novios de Caná en su boda. Ella no dudó en ayudarme, como no dudó en ayudar a su prima Isabel, en sus últimos meses de embarazo, cuando verdaderamente lo podía necesitar. Y en esta ocasión para mi fue así, era una situación verdaderamente triste y me dio consuelo.
A lo largo de mi vida le he rezado mucho, he pedido mucho, pero no siempre he visto un resultado tan inmediato. Quizá porque lo que yo pedía, mi preocupación o angustia, tuviera un poco de tontería, o bien no era el momento de solucionarlo. Quizá no supe enfocar bien mi sufrimiento. Muchas son las preguntas que me hago respecto a esto.
No debemos inquietarnos ni perder la fe cuando no obtenemos respuesta a nuestras oraciones. La Virgen, como buena Madre está atenta a nuestras necesidades y actúa cuando verdaderamente lo necesitamos.
Testimonios de Amor 
A mi me pasaba igual a pesar de ser católica nunca acudía a la Madre, pensaba si puedo acudir a mi Padre directamente y es porque mi madre vivía, desde que falleció la Virgen es el enlace que tengo para hablar con ella, ahora acudo constantemente a la Madre y entiendo la devoción que mi madre le tenía a la Madre de Dios.
Sí nosotros queremos a nuestra mamá imaginaros lo que Jesús quiere a nuestra Madre, le concedió el milagro del vino y le dijo Madre que todavía no es mi tiempo pero si me lo pides tú…
Así que recemos a la Virgen María para darle las gracias, para pedirle, para piropearla ella es Nuestra Madre y la mejor intercesora que podemos tener ante Dios.
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