LA ALEGRÍA CRISTIANA DEL DOMINGO

Un banquete distinto

Desde los tiempos apostólicos, la Iglesia es convocada para celebrar la Eucaristía: todos los domingos los cristianos somos llamados a escuchar la Palabra y compartir la mesa, recordando la Pascua del Señor.


Pero no basta con celebrar la Eucaristía o dejar el trabajo. Todo el día del domingo hemos de vivir en fiesta. Abstenerse del trabajo y actividades que nos impidan gozar plenamente del día que dedicamos a dar culto a Dios.


¡Ni ayuno ni oración de rodillas! Si el domingo celebramos la Pascua, ha de ser con alegría y no en actitud de penitencia como es el ayuno o rezar de rodillas.
Así los cristianos hacemos de la alegría del domingo un acto de fe en Cristo Resucitado y en todo lo que nos quiere decir. Viviendo la buena noticia desde la más serena y profunda alegría.


¡Cristo ha resucitado y sigue vivo! Cada domingo para nosotros es una nueva Pascua. Cristo ha resucitado y nosotros con Él, tanto en la Eucaristía como en el bautismo nos unimos a la muerte y resurrección prometida a todos los hombres.


El domingo es como una Pascua que nos regala Dios, es descanso, es fiesta, es el día que hizo el Señor y como dice el Salmo: “Sea nuestra alegría y nuestro gozo”. Y así, vivir como el tiempo de los apóstoles, cuando les explicaba las escrituras, les partía el pan y ellos se llenaban de gozo.
Porque de alguna manera el domingo es el anticipo de la Pascua futura que Cristo nos invita a vivir con Él.


Y tenemos que vivirlo asumiendo su mensaje, no como una fecha, o como un simple rito, sino creyendo que Cristo es la vida, Cristo es la vida en nosotros en la que nos dice que ya no habrá desesperanza.


¡Domingo, alegría o aburrimiento! No sé si alguien se puede aburrir en domingo ¡los habrá sin duda! Más bien creo que no saben disfrutar de este día.


Sobre todo esos jóvenes que matan el tiempo en diversiones poco sanas, que se refugian en el alcohol, o frecuentando ambientes poco sanos, que está claro que no les proporciona ni paz, ni alegría ni salud para el cuerpo ni para el alma.


Hay actitudes y formas de obrar que dignifican al hombre. El domingo, estas personas pierden su dignidad, se vacían de ideales, pierden los valores y van por un camino equivocado y sin sentido.


Para otros, el domingo es dormir más, ver la tele o un partido de fútbol. No saben disfrutar de la familia, de la naturaleza, un buen libro y sobre todo la celebración cristiana del domingo.


El disfrute de la naturaleza, es algo que hay que fomentar, ya que es el regalo que Dios tan generosamente nos hizo y que nosotros recordando su obra creadora deberíamos disfrutar y demostrar nuestra gratitud, no sólo contemplándola, sino cuidándola y mejorándola que es tarea que Dios nos encomendó.


Pues valoremos y gocemos de la hermosura y la paz que nos proporciona este regalo divino.


Un domingo vivido desde la perspectiva pascual nos proporciona el debido descanso y distensión humana, dándonos fuerza de esperanza y alegría para el trabajo durante la semana.


¡Una misa más festiva! La Eucaristía debe ser en domingo, en un tono más festivo y no imponernos la misa como un precepto que hay que cumplir, sino como yendo al encuentro del Señor, junto con la comunidad y vivir la experiencia fraterna en un clima acogedor y festivo.

Ornamentado mejor el templo, más flores, signos y mejor iluminación, con cantos festivos y alegres. Y siempre con los tiempos litúrgicos.


Nosotros, con la presencia de Cristo, podemos ser Pascua para los demás, dando amor como Él nos amó y siendo testigos de la resurrección y la Pascua de la que arranca nuestra alianza y la garantía de nuestra victoria con la promesa de un cielo y una tierra nueva que se inaugura en Cristo Jesús.


J.G.

2 comentarios en “LA ALEGRÍA CRISTIANA DEL DOMINGO

  1. testimoniosdeamor8 18 marzo, 2020 — 6:45 pm

    Muchas gracias por tu testimonio. Efectivamente, estoy de acuerdo contigo, si viviéramos el domingo como fue concebido en un principio seríamos más felices y transmitiríamos ese espíritu a los demás.
    Ahora, recluidos en nuestras casas por la amenaza de un enemigo invisible pero mortífero, valoramos más el domingo, valoramos más la vida y valoramos, por encima de todo, que tenemos un Padre y una Madre que velan por nosotros, nos protegen y nos están mostrando cuál es el camino que debemos seguir.
    Me ha encantado tu reflexion.

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  2. Testimoniosdeamor 6 18 marzo, 2020 — 8:05 am

    Qué bonito testimonio. Sepamos vivir la alegría cristiana de verdad. Estemos alegres y esperanzados a pesar de las circunstancias.
    Gracias.

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