Dios está conmigo

Dios está conmigo

Hace unos días estuve en una clínica haciéndome unas pruebas médicas y durante la espera para entrar a consulta, vi un cartel que decía algo así: HLA está con usted durante las diferentes etapas de la vida. Ese cartel me dio pie a pensar durante todo el rato de espera (que fue bastante largo) que el único que permanece junto a nosotros si le dejamos, es el Señor.

Tú y yo  somos proyectos de Dios, proyectos únicos e inigualables que tenemos que ejecutar cada uno con nuestra vida. Mi vida es un proyecto que tengo que llevar a cabo de principio a fin para poder cumplir el plan de Dios, descubriendo lo que Dios quiere para mí y lo que quiere de mí.

El Señor pensó en mí y en cada uno de nosotros desde antes de nacer, desde antes de ser concebidos en el vientre de nuestras madres: “El Señor me llamó desde el vientre materno, de las entrañas de mi madre y pronunció mi nombre.” (Is, 49:1)

Siguió a mi lado en  mi infancia cuando comencé a dar los primeros pasos por el camino de la vida. Mis padres se preocuparon de que recibiese el sacramento del Bautismo haciéndome hija de Dios.  Me enseñaron  las primeras oraciones rezando conmigo y con mis hermanos desde que éramos pequeños. Recuerdo rezar por la noche la oración de Jesusito de mi vida y del Ángel de la guarda con mi madre y después el beso de buenas noches, de rezar en familia cuando íbamos en el coche, por lo menos un misterio del Santo Rosario, nos empezaron  hablar del Señor y de la Virgen para conocerlos y quererlos, nuestros padres son los que han ido regando la semilla de nuestra fe para así poder florecer y dar su fruto.

En la juventud empezaron los  sueños, ilusiones, planes, alegrías, pero también empezaron los fracasos, las inseguridades, los miedos, las dudas, etc.…  el Señor empezó a labrar los surcos de la vocación, y comenzó a barruntar en mi cabeza y en mi corazón lo que quería ser de mayor y como me imaginaba en el futuro, empezaron las primeras inquietudes. En esta etapa, también decidí que sí quería seguir acompañada por el Señor, aunque tengo que reconocer que le di un poco de lado durante un tiempo…

Y ahora ya adulta es cuando he  encontrado el verdadero sentido de la vida, cuando he elegido el rumbo que quiero tomar y la meta a la que pretendo llegar acompañada por el Señor y por personas que me ayudan a no desviarme del camino marcado por Dios para mí, el camino de la salvación. Dios está conmigo en las diferentes etapas de la vida…

Deja un comentario

Somos un grupo de católicos de a pie, que animados por un sacerdote, queremos ofrecer testimonios de cómo el amor de Cristo sostiene y transforma nuestras vidas.